Para alumnos de Literatura Iberoamericana –los de Rafa y los míos–, descarguen el archivo de El Güegüence de aquí (Güegüence), es la lectura para la semana próxima, es un texto breve, divertidísimo, espero lo disfruten.
Saludos
Mariana
Antonio Cornejo Polar, literatura iberoamericana
Escribir en el aire de Antonio Cornejo Polar para los alumnos de Literatura Iberoamericana, por tiempo limitado, como les mencioné. Espero que no tengan problemas con la descarga.
Saludos
2o Cuestionario sobre la obra de Isaiah Berlin
Las raíces del Romanticismo
de Isaiah Berlin
capítulos IV-VI
Materia: Literatura Mexicana 5
Profra. Mariana Ozuna Castañeda
4. Explique el papel del mito en el Romanticismo.
5. Explique qué efectos perdurables del romanticismo literario mexicano se palpan: ¿qué mitos se forjaron, explíquelos?, ¿de qué manera afectó el movimiento romántico la concepción del arte, del poeta y de la historia en el caso mexicano? Aventure hipótesis e interpretaciones.
Nota: media cuartilla máximo por respuesta.
Sobre Litografía
He aquí un material clásico sobre litografía, ojalá puedan descargarlo sin problemas.
A quien le interese la litografía también puede consultar el texto de Esther Pérez Salas Costumbrismo y litografía en México, publicado por el Instituto de Investigacione Estéticas. Otra fuente son los trabajos de El Fisgón, publicados por el FCE y el de Enrique Florescano, Espejo mexicano.
Invitación
Hola a todos, mañana a mediodía en el Aula Magna se presentan tres libros sobre retórica: Crisis de la Historia, La tradición retórica y Figuras y textos.
Ojalá se animen a acompañarnos.
Saludos
Juan Bautista Morales y El Gallo Pitagórico
En las páginas del periódico El Siglo XIX, Juan Bautista Morales (1788-1856) publicó durante 1842 El Gallo Pitagórico, en 1845 Ignacio Cumplido, el impresor más reconocido por los letrados de la época, editó en formato de libro El Gallo con litografías de Plácido Blanco, Casimiro Castro y Joaquín Heredia. Esta obra sola valdría para J. B. Morales la fama literaria, a pesar de que a decir de Mauricio Magadaleno, autor del estupendo estudio preliminar que abre la edición de la Biblioteca del Estudiante Universitario, El Gallo Pitagórico «no es novela, no es teatro, no es invención poética, no es sociología”, y para seguir citando el estilo delicioso del maestro: “El México de Juan Bautista Morales es terrible y late todo conmovido por un aire de sismo. Informe criatura monstruosa, procrea monstruos y llamas”.
Y ¿por qué pintar a México descoyuntado?, ¿por qué afirmar Mortus est qui non resollat? Baste el siguiente diagnóstico sobre el estado que guardaba México durante las décadas de 1830 y 1840: «aprovechando la desarticulación del poder colonial, los comerciantes libres de la corporación del consulado empezaron a ganar terreno en el control del comercio interno y del comercio externo, asociándose además con los militares realistas o insurgentes que aprovecharon el control directo de sus tropas sobre las rutas y caminos que antes controlaba el consulado. Este nuevo grupo de comerciantes asociados a militares y a núcleos de la administración pública, comenzó a monopolizar las materias primas, las mercancías, la moneda fuerte; mediante la especulación con los precios y la escasez, empezó a romper las barreras regionales, al mismo tiempo que se ligaba con las nuevas casas comerciales (inglesas y francesas) recién establecidas en puertos mexicanos» (San Juan/Velázquez 77) Esta situación fue el resultado del derrumbe de los pilares de la economía colonial y los efectos del libre mercado en un comercio tradicionalmente monopólico… ahora bien, a decir de algunos, la oligarquía constituida por grupos diversos se agrupaba para defender sus privilegios e impedir que surgiera de nuevo –la de Hidalgo había sido derrotada– una revolución campesina.
De suerte que lo que se aprecia durante las décadas que siguieron a 1821 es la lucha entre los grupos del poder que estaban de acuerdo en excluir a las masas de toda participación en las decisiones políticas y económicas. De suerte que economía y política estarán imbricadas: la lucha política fue el enfrentamiento entre los intereses divergentes de los grupos de propietarios. Y en esa lucha feroz y voraz, donde la presa era la riqueza nacional, los letrados llevaban a cabo «otra lucha política», cuyas dimensiones apenas es posible vislumbrar. En ese escenario de desamparo en que se encontraba la nación, a merced de depredadores financieros y mercantiles, las plumas de Zarco, Prieto, Payno, Ramírez, Mora, Morales hacían lo (im)posible por recomponer la nave del Estado, pero sobre todo por no sucumbir en medio de esta escena de anarquía social.
Ese es el entorno en que se publica El Gallo Pitagórico en las páginas de uno de los diarios que se sostenía contra viento y marea en las procelosas aguas por las que atravesaba el proyecto de hacer nacer no una nación, sino un Estado. En 1835-1836 México pierde Texas, se dice que el ejército comandado por Santa Anna llegó derrotado a la batalla; en 1838 acontece la llamada Guerra de los Pasteles, y justo en el año en que se publica por Cumplido El Gallo Pitagórico los problemas diplomáticos entre EU y México aparecen para culminar en la invasión a territorio nacional de los vecinos del norte y la pérdida de millones de kilómetros. México vive, durante la década de 1840, sumido en los contrastes: por un lado en plena oscuridad los letrados dan a luz, no ya textos que ordenan el mundo sino obras al abrigo del desamparo, en la rabia de la impotencia y ante la evidencia de los sueños que se han vuelto pesadillas; por otro lado la «sociedad» disfruta de la ópera se complace con las delicias del empleo y las asonadas, medra al amparo de la especulación, en resumen México da con una frecuencia –que a fuerza de constancia se vuelve programa político– palos de ciego.
Diez y Nueve 